Queridos amigos,

Darí­a lo que no tengo por poderlos acompañar personalmente en el lanzamiento de
la FZM, pero asuntos de familia requieren de mi presencia en el norte. Igual
quisiera hacerles llegar mis mejores deseos para un proyecto que vengo
acompañando con enorme ilusión y esperanza.

Me ha conmovido a lo largo de estos meses ver asumir a los hijos de Zelmar el
compromiso que supone colaborar en algo que lleva el nombre del padre. No se me
ocurre nada más digno de él que este esfuerzo por plasmar en forma concreta y
fermental los valores por los que vivió y dio su vida. Es para mí­ motivo de
gran orgullo poder colaborar junto a Uds., aportando mi ‘granito de arena.’

Y aún a riesgo de pecar de sentimental, quisiera compartir una última reflexión:
Se ha dicho que cuando nos toca vivir algo tan doloroso como lo fue para tantos
el secuestro y asesinato de Zelmar, para sobrellevarlo hay que encontrarle (o
darle) significado.No se trata de un ‘por qué’ (es decir, una explicación)
sino de un ‘para qué’ o razón de ser: en alguna medida el dolor se supera
convirtiéndolo en solidaridad, en algo útil para los demás. Presiento que para
muchos de los que terminaremos colaborando de alguna manera u otra, la FZM podría
ser eso, que no es poca cosa.

Con cariño y agradecimiento,

Luisa Popkin