El martes 11 de diciembre de 2012, en un acto altamente emotivo, se denominó sala Zelmar Michelini al despacho del Embajador de la República Bolivariana de Venezuela en la República Oriental del Uruguay.
En el marco del Día Internacional de los Derechos Humanos y en conjunto con la Fundación Zelmar Michelini se homenajeó al político uruguayo asesinado en Buenos Aires en mayo de 1976.
El acto, en el que se develó una placa conmemorativa, contó con las palabras del Embajador Julio Chirino, la Directora de la Fundación Zelmar Michelini, Cecilia Michelini y Eduardo Arsuaga, quien acompañara a Michelini durante toda su trayectoria política.
Además estuvieron presentes integrantes de organizaciones sociales, representantes nacionales y departamentales, dirigentes políticos y sindicales.
Esta iniciativa es producto del trabajo de recuperación de la memoria histórica del edificio en el que actualmente se encuentra la Embajada venezolana. A través de una detallada investigación se determinó que el despacho que ocupa el representante de Venezuela ante Uruguay fue el mismo que ocupara Zelmar Michelini como Ministro de Industria y Comercio entre junio y octubre de 1967.
En su discurso el Embajador Chirino señaló: “Nos reúne hoy la búsqueda de la necesaria memoria que nos permita reconocernos como pueblos hermanos, que nos permita encontrar nuestras historias y raíces comunes, que permitan que la integración sea mucho más que mercancías que circulan entre nuestros países”.
Michelini permaneció al frente de la cartera por un breve período, ya que a pocos meses de asumir, el por entonces presidente Oscar Gestido declaró las Medidas Prontas de Seguridad que restringían las libertades públicas. Zelmar consideró inaceptable seguir perteneciendo al equipo de aquel gobierno y presentó su renuncia.
Como lo recordó en la tarde de ayer su amigo y compañero Eduardo Arsuaga: “Eran épocas difíciles, llegó un momento en el que el Presidente y la mayoría de sus Ministros no se les ocurrió otra idea que decretar las Medidas Prontas de Seguridad, Zelmar las rechazó y sentenció: ‘El gobierno que para callar una protesta tiene que recurrir a las Medidas Prontas de Seguridad es un gobierno que ha fracasado y junto con mi voto en contra, va también mi renuncia’”.
Arsuaga recordó la lucha implacable de Zelmar contra el golpe militar, “la dictadura no encontró otra forma para acallar sus acciones que asesinándolo vilmente”.
Quien fuera uno de los más cercanos amigos de Michelini también recordó la figura de la esposa de Zelmar, Elisa Delle Piane Iglesias, a la que calificó como una persona con una “hidalguía y potencia sorprendente que asumió con una valentía sin igual los riesgos que suponía el enfrentamiento a la dictadura”.
Por su parte Cecilia Michelini destacó la importancia de recordar el período en el que su padre fue Ministro y resaltó la importancia de reconocer el papel que jugaron sus amigos en los momentos de dificultad. “Creo que así lo habría querido”, afirmó.
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